martes, 9 de agosto de 2011

por la puerta trasera

BBS: Aun recuerdo la primera vez que lo hice...
Q.: si? qué recuerdas?
BBS: Traías puesta una tanga negra de encaje... De hecho creo era parte 
de un negligé... Recuerdo que para cuando puse mi lengua entre tus labios ya había 
demasiada humedad ahí dentro...  Recuerdo que después de hacérmelo oral de montaste 
en mi... Y después de un rato te pedí que te pusieras en 4 puntos...
Qué rica costumbre me hice ese día...
Q.: si... pero... por qué te gusta tanto esa?
BBS: Vista... Control... Ritmo... Penetración profunda.... 
Cual te gusta más...?
Q.: contigo? Todas. 
 

lunes, 27 de junio de 2011

perturbación


… la perturbación es una mano sobre mi cuerpo…
Víctor Redondo, 
Explicación a María


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Salimos a jugar billar, iba ella, su novio que no había formalizado pero que todos sabíamos que lo era… tú y yo, como en una casualidad de terminar emparejados sin “malas intenciones”…
Entre risa y risa y miradas sugerentes, cuando pasabas por mi lado me rosabas, me tocabas, y hasta en un momento dado me diste una nalgada con motivo no sé si de una burla por un tiro o porque simplemente te dio la gana.
Ahí, en ese instante, donde tu mano dio con leve fuerza sobre mi trasero lo supe, supe que terminaría en la cama contigo, supe que el calor que subía desde mi vagina hasta la cabeza con sólo imaginarte encima de mí, dentro de mí, determinaría nuestra relación para siempre lo cual prometía sería una situación magnífica.
No sé exactamente si esa noche terminamos juntos, esa en específico no la recuerdo, pero recuerdo muy bien el momento donde supe que tarde o temprano terminaría siendo tuya. La forma en que desde ese instante perturbaste mi tranquilidad, mi seguridad y exaltaste mis instintos, definieron lo inevitable, lo que año tras año se niega a extinguirse a pesar … de los pesares…
Q. 

Yo tampoco sé si "por casualidad" pero es un hecho que no tienes un pelo de tonta.. . sin embargo coincido en que fue una noche que definió uno de los caminos más apasionantes que haya recorrido...
Desde el momento en que supe que te vería esa noche, la sangre comenzó a agolpárseme en el miembro, estoy seguro que tal excitación fue la causante de aquellos roces tan lascivos que tuve contigo toda la noche.
La nalgada, claro está, no sólo fue porque  se me dio la gana, fue por la represión de no poder besarte, recorrer tu cuello, morderte los pezones, hundir mi lengua en tu vagina, por no poder tomarte ahí mismo, sobre la mesa de billar...
Esa noche no la pasamos juntos, al menos no como lo hubiéramos deseado... pero estoy seguro que te llevaste un buen sabor de boca...
BBS